Las Zonas de Bajas Emisiones permiten mejorar la calidad del aire, proteger la salud de la ciudadania y mitigar el cambio climático.

Pero, además, promueven un cambio hacia modos de transporte limpios y sostenibles, contribuyen a la transición energética, disminuyen la contaminación acustica y permiten un reordenamiento y reverdecimiento del espacio urbano. Actualmente, el 80% de este espacio esta destinado a los vehiculos motorizados. 

Teniendo en cuenta la legislación vigente (la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética 6y el Real Decreto 1052/2022, de 27 de diciembre, por el que se regulan las zonas de bajas emisiones), a partir del 1 enero de 2023 los municipios de más de 50 000 habitantes estabán obligados a establecer Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Se trata, ademas, de una medida ampliamente extendida por Europa y susceptible de recibir fondos europeos para su financiación, y de medidas complementarias que se le asocian. 

El 96 % de la población europea está expuesta a niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La necesidad de revertir esta situación y dar cumplimiento al resto de objetivos, hace de estas Zonas una medida adecuada para promover la transformación de la movilidad urbana, la descarbonziación del transporte y avanzar hacia ciudades limpias, habitables y saludables.

En la mayoría de los municipios españoles obligados por la legislación a poner en marcha zonas de bajas emisiones, 149 en total, las medidas se han retrasado o están pendientes de desarrollo. Pero, ¿qué características tienen estas zonas y qué suponen?

ECODES y Clean Cities, han elaborado una infografía en la que lo explican:

zonas bajas emisiones

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